Letra de Juan Andrés Caruso
Música de Vicente Greso
Intérprete: Carlos Gardel («Vida y obra»,
cassette ODEON-EMI 44597/7, vol. 4).
Año de grabación: 1924.
Sentada en una silla,
sola frente al champán
hay una milonguita
de muy tierno mirar;
una perla en su cara
se ve lento rodar:
es la pobre mamita que llora
a su nena que enfermita está.
La tierna madrecita,
desconsolada, llorando está
porque recuerda
que allá en su casita
la pobre nena la llamará,
y en el derroche de alegría
siente, como un reproche:
«Mamá… Mamá…»
Pobre la madrecita
donde palpita tanto dolor…
Tuvo que dejar sola
a ese pedazo del corazón;
debe bailar el tango,
brindar caricias, fingir amor;
nadie tiene por ella
ni una palabra de compasión.
Su linda nena rubia
de ojos azules de querubín
está muy enfermita,
da mucha pena verla sufrir;
la tierna milonguita
que es madrecita debe sentir,
y en silencio ruega:
«Oh, Virgen mía, se va a morir…»
Madrecita del alma
que así llorando estás
tan silenciosamente
mientras bebes champán,
no hay uno que comprenda
tu íntimo dolor…
Lo que pasa en tu alma, madrecita,
sólo lo saben tú y Dios.