Letra de Celedonio Esteban Flores
Música de Ricardo Brignolo
La más bonita del barrio
salió para el almacen,
sintiendo que a su costado
alguno le hacía el tren;
palpitó el apuntamento
y los pasos apuró,
quiso correr pero el mozo
entró a jugar y copó.
Tenorio del suburbio que se ha engrupido
que por él las pebetas viven chaladas
y alardea de triunfos que ha conseguido
con mujeres, en timbas y a puñaladas.
El barrio le respeta y, entre la barra,
lo que él diga se puede dar por sentado,
bailarín y buen mozo, sabe de farras
y corre con los gastos originados.
Pero a la moza su fama
no la puede entusiasmar,
hay otro mozo que la ama
y no le puede fallar
y aunque en varias ocasiones
airada lo rechazó,
él sigue en sus pretensiones
porque jamás se achicó.
Y él le pide de nuevo que sea buena,
que ponga sol de amores en sus mañanas,
que vea cómo sufre su enorme pena
sin tener el consuelo de una esperanza.
Y viendo que la mina no le contesta
hace cruz con los dedos que después besa,
– Pensalo bien, le dice, si no!por éstas!
te marcaré la cara de oreja a oreja.
Y una noche, hecha la luna,
se entrevistó en arrabal
– sintética noche triste
de crónica policial –
porque la horrible amenaza
se cumplió cobarde y cruel:
la mina lleva una marca
por seguidora y por fiel.