Letra de Enrique Domingo
Música de José María García
Al recordar
las serenatas de ayer
es evocar
horas de dicha y placer.
El trovador
supo con temple cantar
en un poema su amor
a la moza más bella
que anhelaba amar.
Y ella al despertar
a su balcón asomó
para agasajar
al que su amor le brindó.
Idilio ejemplar
que transformado en pasion
su amor ante el altar
sellaron con devoción.
Dulce vivir
queriéndose sin cesar
y compartir
los encantos del hogar.
Con emoción
hoy gozan al recordar
la serenata dulce canción
la que nunca podrán olvidar.