Por ser un tango de vieja data -aproximadamente grabado en la década
del ’30 y por su escasa difusión- no poseo la información con respecto
a su autoría. Lo que si les brindaré es que este tango lo cantó
Alberto Gómez (Alberto Aducci, tal su verdadero nombre)en la fecha
antes mencionada. Sepan disculpar esta falencia y en cuanto tenga
esta información la transmitiré de inmediato.
I
Canción que lleva el viento,
canción que trae el mar;
y al son de los recuerdos
el alma empieza a amar.
En todos los confines
navega la ilusión,
perdiéndose en la ruta,
sin guía ni timón.
II
Se mecen las naves,
titilan sus luces.
Parecen los ojos
del mundo brillando.
Y allá en las cantinas
que besa al riachuelo
los cantos de Europa
degranan amor.
Se escucha la dulce
canción del torrento,
el lánguido espejo
de un lobo marino.
Y pasa silbando,
como una armonía,
el viento en las velas
de un viejo barco.
III
Fantásticos viajeros,
que fían sólo en Dios.
Temblando la esperanza
se eleva en dulce voz.
Evocan los amores
de novias que al partir,
pusieron en sus labios
la fe en el porvenir.