Santa milonguita (II)

Letra de Enrique Cadícamo
Música de Enrique Delfino

I

Santa milonguita tenía los ojos
tan grandes y claros que hacían suspirar,
sus labios pecaban de breves y rojos
y era su mirada color verde mar.
Ella que fue siempre festín y alegría
en juego de copas se hartó de champagne,
tuvo un bello arranque de sensiblería
y quiso ser buena, como el pan.

II

Redimida
por la pasión de un nuevo dueño.
Mirando el cielo de su vida
encontró más encendida
la estrellita de sus sueños.
Pero un día
cuando el amor más los ataba,
golpeó a sus puertas rudamente
la miseria, y crudamente
del amor los separó.

I bis

Santa Milonguita bandeada de pena
por ley del arroyo volvió al cabaret,
no tuvo la suerte de la Magdalena
y encaró su vida con hondo desdén,
Todas las amigas la historia escuchaban
de aquella muchacha que quiso soñar
y al final del cuento vieron que lloraban
sus ojos aquellos, color verde mar.