Señora princesa (vals)

Letra de Roberto Lambertucci
Música de Atilio Bruní

Te dirán por doquiera que vayas: Señora Princesa.
Te dirán que la virgen morena te dio su mirar,
las estrellas celosas mirarán tu belleza
y a tu lado las flores más bellas se avergonzarán.
Pero sé que estarán en tu vida mis pobres canciones
y esos ojos que yo tanto admiro se humedecerán;
porque nada es más lindo en la vida,
que quererse, adorarse y besarse
y por eso, Señora Princesa
no me olvidarás…

No me extraña que ahora te llamen Señora Princesa,
pero nunca podrán ofrecerte mi sinceridad.
Llenarán tus oídos los más lindos piropos,
pero nadie sabrá comprenderte en tu intimidad.
Puede ser que traiciones tus sueños en brazos extraños,
pero el tiempo que todo lo sabe, dirá la verdad,
porque sólo es eterno en la vida
el amor que es sincero y se aprecia
lo demás; mi Señora Princesa
asoma y se va…

Qué te importa que todos te digan Señora Princesa,
si en su mundo mendigo y perverso está el interés.
La belleza de tu alma la despierta tu cuerpo,
lo demás es mentira egoísta que enciende la sed.
En la corte de oro y de plata que todos te ofrecen,
hallarás el inmenso castigo de la falsedad.
Porque sólo es eterno en la vida
el amor que es sincero y se aprecia
lo demás; mi Señora Princesa
asoma y se va