Soneto porteño (II)

Letra de Francisco Fernando Pérez Martínez

Cuando el candongue de un tango orillero
revuelca por el fango del suburbio
la oscura nota de su origen turbio
arrastra el bandoneón sueño ligero,

Arde la luz del querosen que troca
el imposible duelo de las facas
que deja al sur la senda de Barracas
y el riachuelo humilde de La Boca

Desde la Cruz del Sur brilla un estrella
que entre aromas de nardo y de glicina
contempla la milonga en la quebrada,

y en la penumbra de Nueva Pompeya
erguido el arrabal en vieja esquina
se va, luz de almacén, hacia la nada.