Letra de Raimundo Rosales
Música de Marcelo Saraceni
Canción ganadora del certamen Hugo del Carril 2002
Podría confesarte simplemente,
que canto solo porque tengo ganas
y no es que lo que digo sean macanas,
sino que ser cantor
es algo más, es este amor
que explota por la piel y por los dientes.
Yo canto por destino y por las dudas
y canto porque tengo atrás un barrio,
porque tuve un amor o acaso varios,
por bronca y por dolor,
porfiado, amante y portavoz
de historias que amanecen como arrugas.
Yo tengo el brillo de mi estribillo
y el verso pobre de la canción.
Soy el que aguanta con la garganta
la rima espesa de la tristeza en el corazón.
Canto el silencio del que no canta
y la protesta de la razón.
Yo soy cantor mientras queden sueños,
y algún poeta rondando cerca de un bandoneón.
Yo canto porque el cuore lo reclama
y porque vuelvo en todo lo que nombro,
yo busco el escenario de tu hombro,
me asomo a media voz
y soy la letra de los dos
coraje tangueador que siempre llama.
Cantar es entender lo que otro calla
y andar con el amor a pecho abierto,
cantar es dar la cara y dar el cuerpo,
cantar es respirar,
mirar de frente y no olvidar,
cantar es ester vivo y dar batalla.
Yo tengo el brillo de mi estribillo
y el verso pobre de la canción.
Soy el que aguanta con la garganta
la rima espesa de la tristeza en el corazón.
Canto el silencio del que no canta
y la protesta de la razón.
Yo soy cantor mientras queden sueños,
y algún poeta rondando cerca de un bandoneón.