Suena guitarra querida,
que tu acento soberano
repercute por el llano
como un ay…! de mi alma herida…
suena, suena que es mi vida,
flor marchita y sin esencia
busco en la muerte querencia…
Nada en el mundo me halaga
porque siento que se apaga…
porque siento que se apaga…
el candil de mi existencia.
Cuantas veces cariñosa
mi patrona te templó,
y a sus cuerdas arrimo
sus frescos labios de rosa.
Como diciendote hermosa
de mi gaucho compañera,
te saludo placentera
y una dulce Vidalita…
Dejo a mi alma más blandita,
dejo a mi alma más blandita
que el gorrión de mi escimera.
Suena así que mi alma llena,
de una tristeza profunda
quiere romper la coyunda
que a padecer me condena.
Pero es tan grande la pena
que tengo al abandonarte,
que solamente al dejarte
oh!, cariñosa guitarra,
el alma se me desgarra,
el alma se me desgarra
y el corazón se me parte.