Letra de Manuel Ferradás Campos
Música de Eduardo Pereyra
Tenía dulzura de novia
y santas ternuras de madre.
Era frágil como una magnolia
y linda como el sol de la tarde.
Sus ojos sombreados de noches,
estrellas tras suaves pestañas,
eran dos angustiados reproches
que pintaron sobre porcelana.
Lloraba de amor
como lloran los cisnes
de noche en el lago,
silenciosamente,
debajo de un ala.
Moría de amor,
como mueren los lirios
besando sus tallos,
así sobre el pecho
caída su cara.
Tristeza infinita de un sueño
temblando sobre una magnolia…
Aguardó las caricias de un dueño,
ahogando su ternura de novia.
Y aún sueña detrás de una estrella
sus sueños de pálido lirio…
Más allá de la vida, aún espera,
llorando en el temblor del rocío.