Testamento de arrabal

Letra de Raúl Hormaza
Música de Oscar Castagniaro

I

Para siempre yo te dejo mi querido Buenos Aires,
nunca más veré tus calles cuna mía de arrabal,
sé muy pronto que debo de irme y que debo conformarme,
pero antes de entregarme yo me quero confesar.
Yo no tengo más fortuna que el cariño de mi madre,
tres amigos de esos grandes, Tiscornia, Melli y José,
y el recuerdo de esa noche, cuando al son del organito,
con aires de compadrito el primero tango bailé.

II

Que me velen las estrellas
en un patio de arrabal
y mi novia de bohemia
se despida de mi anemia
dejando un beso lunar.
Yo no quiero ni pretendo,
un favor pido nomás,
que los que sigan andando
siempre lo quieran al tango,
que no lo olviden jamás.

I Bis

La noche que yo me vaya, que sólo vengan a verme
las humildes viejitas con sus batas de percal,
los muchachos de Barracas, San Telmo, de Pompeya,
y las pibas fabriqueras, noviecitas de arrabal.
Que se apaguen los letreros y los focos luminosos,
que acaricie a la cortada la luz debil de un faról,
y en la marcha del cortejo, entre tangos y horaciones,
vayan cuatro bandoneones haciendo guardia de honor.