Letra de Enrique Santos Discépolo
Letra de Luis César Amadori
Música de Enrique Santos Discépolo
Observacion: Del film «El alma del bandoneón», estrenado en 1935.
Dolor que me consume
sin piedad.
Dolor que no merezco
por amar.
Castigo de vivir
sin poderte olvidar.
Tu presencia es un tormento
que tortura sin matar.
Tu sombra persigue
mis horas sin fin.
Tu voz no me deja
vivir.
Te extrañan
mis ojos, mi boca
y mi pasión te invoca
en la imagen de Dios.
Hay cosas que el alma
no olvida jamás,
por más que las quiera olvidar…
Tu sombra bendita
la llevo en mi ser,
hoy más, si es posible,
que ayer.
Estás en mis caricias,
en mi piel,
y soy tu prisionera,
sombra fiel…
Si corro tras de ti,
no te puedo alcanzar,
y si huyo me atormenta
con tu asedio, ¡tu crueldad!