Letra de Eugenio Cárdenas
Música de Nicolás Verona
Hay una versión muy buena del Zorzal que la grabo en el año 1930.
También es rescatable un grabación de la orquesta de Ricardo Tanturi
cantando Osvaldo Ribo en 1946.
Cuando rodo cual gota cristalina
sobre su faz la lagrima de amor…
me parecio su cara tan divina,
un lirio azul besado por el sol;
y recorde que aquella muchachita
guardaba en su alma, ya muerta la ilusion,
porque el galan después de tantas citas
le hizo morir de angustia el corazón.
Cuando ve la carta amarillenta
llena de pasajes de su vida
siente que la pena se le aumenta
al ver tan destruida
la esperanza que abrigo.
El hombre aquel a quien adoro tanto
y le entrego su vida virginal,
la hizo empapar su juventud de llanto,
la hizo vivir cien noches de ansiedad.
Y al recordar la dicha que soñara,
mira esa carta que un día el le mando…
pidiendole que ella lo perdonara
si nunca más volvia… y no volvio.
Esta triste historia de su vida,
que ella, cabizbaja, me contaba,
mientras que una lagrima rodaba
por su hermosa cara
llena de amargo dolor.