Letra de Celedonio Esteban Flores
Música de Guillermo Barbieri
Fue grabado por Carlos Gardel con acompañamiento de guitarras para el
sello Odeon (4/30); mucho después lo registro la orquesta de Juan
D’Arienzo con la voz de Armando Laborde, en Víctor (1952); también
Francini-Pontier con Julio Sosa en Víctor (12/52); Francisco Rotundo
con Carllos Roldán, para Odeon (1956) y R. Goyeneche con orquesta
dirigida por Raúl Garello en Víctor (8/78) entre otros.
Su autor incluyo este tema en su segundo libro de poemas y letras de
tango, «Cuando pasa el organito.» Editor de Pirovano
Agrega Jack Lupic <Webmaster@GardelWeb.com>
Justo estoy escuchando a «Gardel inédito – Emi-Odeón 1999 (Disco no.
7243-5-23521-2-8)» y siguiendo las letras en su sitio. VIEJO SMOKING
inedito que tengo tiene frases exactas excepto en la ultima estrofa donde
en vez de «cuántos llantos te mojaron», Gardel canta «cuántos llantos
derramaron».
Gardel tambien canta Viejo Smoking en un corto metraje que tambien lo
tengo. Aquella version es la precisa de su sitio.
Campaneá cómo el cotorro
va quedando despoblado,
todo el lujo es la catrera
compadreando sin colchón,
y mirá este pobre mozo
como ha perdido el estado,
amargado, pobre y flaco
como perro de botón.
Poco a poco ya se ha ido (1)
de cabeza pa’l empeño,
se dio juego de pileta
y hubo que echarse a nadar.
Solo vos te vas salvando,
porque pa’ mi’ sos un sueño
del que quiera Dios que nunca
me vengan a despertar.
Viejo smoking de los tiempos
en que yo también tallaba,
cuánta papusa garaba
en tu solapa lloró.
Solapa que con su brillo
parece que encandilaba
y que donde iba asentada
mi fama de gigoló.
Yo no siento la tristeza
de saberme derrotado
y no me amarga el recuerdo
de mi pasado esplendor,
no me arrepiento del vento
ni los años que he tirado,
pero lloro al verme solo
sin amigos, sin amor.
Sin una mano que venga
a llevarme una parada,
sin una mujer que alegre
el resto de mi vivir…
Vas a ver que un día de éstos
te voy a poner de almohada
y tirao en la catrera
me voy a dejar morir…
Viejo smoking, cuántas veces
la milonguera más papa
el brillo de tu solapa
de estuque y carmín manchó,
y en mis desplantes de guapo,
cuántos llantos te mojaron,
cuántos taitas envidiaron
mi fama de gigoló.
Gardel canta:
(1) poco a poco todo ha ido.