Letra de H.P. Blomberg
Música de E. Maciel
Grabación de Ignacio Corsini, con las guitarras de E. Maciel, R.
Pesoa y A. Payes (1930).
Los oigo en los caminos y sueño en el verano
de un pueblo que blanqueaba del sol al resplandor,
en la canción errante de aquel violin gitano
que paso por la aldea de mi primer amor.
Venian de muy lejos y alla en el firmamento
el sol que se moria, doraba su cantar,
un cantar más antiguo que el camino y el viento perdidos
en los trigos maduros al pasar.
El cielo estaba rojo, dormiase la aldea,
los pajaros del campo ya no cantaban más
y yo me preguntaba, solo en mi eterna idea,
la seguire esperando o no vendra jamás.
El zingaro bajaba de la vieja carreta
el alma de los campos lloraba en su violin
la zingara miraba mis manos de poeta
leia mi esperanza romantica y sin fin.
Llevabase el Pampero los canticos de Hungria
y el sol en el camino rimaba otra canción
la zingara andrajosa mirando me decia
vendra la que tu esperas vendra tu corazón.
Esperala, que un día vendran sus labios rojos
para llenar de tanto, tu ardiente soledad,
vendra desde otras tierras y en sus azules ojos
florecera la estrella de tu felicidad.
Mis ultimas monedas caian en sus manos,
partia la carreta con aspero rumor,
alla lejos, muy lejos, en el violin gitano
otra voz me decia tu moriras de amor.
Despues en los caminos los campos las ciudades,
escucho los violines gitanos y al rumor,
me digo a mis ardientes y oscuras soledades,
que nunca vino ella, ni yo mori de amor.