Letra de Alberto Peyrano
Música de Néstor Ballesteros
Buenos Aires me reclama
que le cante una canción,
ya no tiene aquella llama
que cantó el Zorzal,
ni el corazón
del barrio fiel
de aquel Ventarrón,
ni el corralón, ni la emoción
de un bandoneón gimiendo Sur.
Buenos Aires que hoy me tiene
prisionero de su voz,
van plateando ya mis sienes
al compás sutil
de una canción
que quiere ser
mi mejor canción,
pero en mi voz mi buena fe
modula un tango de Gardel.
Es Buenos Aires un poema
de muchas voces que cantaron
una cadencia sin par
en mil tangos trasnochados.
Es la ciudad que por sus venas
late en silencio todavía
el dolor de Marechal
y los versos de Alfonsina.
Y me conmuevo, al pasar
por una esquina cualquiera.
¡Con este tango sincero
yo le digo que la quiero!
Es un amor sin dolor
que le doy a Buenos Aires,
y aunque sin muchos alardes
va en mi tango mi emoción.