Letra de isabel (chabuca) granda
Música de isabel (chabuca) granda
oiga usted, zeño manue,
y nos estamos quedando,
sin esa Lima de otra hora
tan querida y tan señora.
Sus calles como en la copla,
son unas calles cualquiera,
son unas calles cualquiera,
camino de cualquier parte.
Ya no nos llevan al parque,
ni tampoco a la alameda,
ya las plazuelas se mueren,
alumbrando su tristeza,
no perfuma la diamela
ni cae el jacaranda,
ni florecen los aromos
al llegar la navidad.
Oiga usted, zeño manue,
enamorado de Lima,
que tejes para tu amada
con tus hermosas palabras,
un encaje de ternura
y una guirnalda dorada,
vamos a cerrar los ojos
e imaginar la soñada.
Vamos junto a surtidor,
que nos cante su recuerdo
y que la luz de un farol,
preste amor a nuestro ensueño,
y la flor de chirimoya,
y el perfume a reseda,
adormezcan las mentiras
y nos traigan la verdad.
Dicen que hubo alguna vez,
una Lima sandunguera,
alfombra, jacaranda,
que tenia su quimera,
soleada cerca a los cerros,
y mojada junto al mar,
dicen que hubo alguna vez,
una Lima de bandera.
Tienen sus casonas bellas
las puertas de par en par,
ventana de reja y laja,
suave para caminar.
Mampara de alegre ruido,
salones de medallon,
al fondo los ventanales
de encaje, para mirar.
Un jardin, una ramada
y un huerto por madurar,
tienen sus casonas bellas
las puertas de par en par.
Desde un brasero encendido,
humitos de la alhucema,
te piden de no hacer ruido,
porque hay un niño dormido,
y sientes zeño manue,
que en el aire esta prendido,
el aroma de mistura
y en azafate servido,
y mira, zeño manue,
como un trozito del cielo
se inclina para agüeitar,
por si se asoma la viña,
mas allà de la cocina,
en el patio en que se secan,
al sol las tiras bordadas
y se pelan las gallinas.
Anda pues zeño manue,
vamos, al borde de un surtidor.